Hoy no, ayer

Ayer que no estabas y que no tenía nada qué escribir. Ayer que no sabía si volveríamos a vernos como el asesino que vuelve con su sonrisa cínica al lugar del crimen. Ayer que veía la televisión pero no tenía ni idea de qué se trataba la película. Ayer que escuchaba música y no me di cuenta cuándo dejó de sonar. Ayer que llegué a casa en la noche y no supe qué diablos hice en todo el día. Ayer…

Ayer estuve pensando, pensando tanto amor mío:
¿En cuántos bares hemos dejado de besarnos?
¿A cuántas lunas dejamos de aullar después de no follarnos como animales?
¿Cuántos poemas estuvieron esperándonos y nunca llegamos?
¿Cuántos orgasmos se quedaron sordos esperando tus gemidos?
¿Cuántos cigarros del después que no fumamos nunca llenaron el cenicero?
¿Cuántas botellas de ginebra que no bebimos se quedaron en el estante
muriendo de ganas por besar nuestra garganta?
Cuántos ¨buenos días, amor ¿vas a desayunarme ya?¨ nos perdimos.
¿Cuántas sonrisas —por nada— que no tuvimos, dejaron que se apagara
el brillo en nuestros ojos?
¿Cuántos «te amo» no nos dijimos?

Ayer te estuve pensando, amor mío. Pensé que ya no había nada para nosotros,
que el destino ya había cumplido su cometido.
Ayer pensé que no iba a volver a verte en todo lo que escribo, porque el tiempo pasa y el amor se acaba, porque a nadie le gusta leer la letra pequeña y mucho menos en contratos de amor. Porque después de la tormenta llegará la calma pero mi alma está inundada de recuerdos y el invierno no termina. Porque lo único seguro en la vida es la muerte pero en el amor, tengo mis dudas. Porque cuando te fuiste, me sobraba media cama y me faltaba media vida, hasta que dije: ya no más.

Ayer pensé que ya no te amaba. Hoy no, ayer. Y menos mal fue solo ayer, porque hoy sonó el teléfono y escuché tu voz diciendo que me amabas. Y eso, amor mío, era lo único, que tenía que escuchar.

3 respuestas a “Hoy no, ayer

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