Arde

Nadie ha conocido infierno
más frío que tu ausencia.
Ahora que volviste
amor mío, voy a hacerte
el amor en todas partes,
en todos los rincones, en todas
las dimensiones espaciales,
temporales y espectrales que existan.
Voy a incendiarte el alma
con el fuego de mi lengua
para que tumbados en la cama
veamos cómo arde flamante
y luminosa por tu cuerpo, la poesía.

El tiempo pasa rápido
muy rápido santa mía.
Cómo no quemarnos juntos,
cómo no poner a arder nuestro reino,
nuestra cama y nuestra vida.
Tenemos a la poesía como testigo
del incendiario amor que hemos vivido,
de qué nos sirve entonces alejarnos
si inevitablemente volveremos.

Ardamos juntos amor mío te lo pido
que no hay desierto, sol, horno, volcán,
verano, o infierno alguno que se nos resista.
Haremos de la piromanía un arte,
de arder entre las sábanas nuestro oficio
y de querernos nuestra profesión.
Y cuando necesitemos hidratarnos
lameremos el sudor de nuestros ardientes cuerpos,
como hacen los náufragos moribundos
cuando beben agua del mar para salvarse.

Vamos a incendiarnos la vida, las noches,
el amor, los días y la poesía.
Y si un día sentimos que nos aburrimos
pues lo apagamos todo vida mía

                                     rociándolo con gasolina.

 

6 respuestas a “Arde

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